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La importancia de una lengua limpia - Clínica Dental Pérez Pastor

 

La lengua es un músculo situado en la base de la cavidad oral.

Sus funciones son diversas, percibe el sabor de los alimentos (gracias a las papilas gustativas), masticación, deglución y el habla.

La anatomía de la lengua es irregular, su dorso no es liso y esto ayuda a la acumulación de retos alimenticios.

Si los residuos no se retiran de forma correcta aumenta el desarrollo de bacterias, provocando mal aliento (halitosis).

Además, la propia acumulación de bacterias favorece la aparición de otras patologías, como pueden ser la caries o las enfermedades periodontales.

 

 

¿Cómo se si mi lengua está limpia?

 

La lengua es de color rosado en circunstancias normales, por lo tanto, si cuando te miras al espejo y sacas la lengua, ves que hay una capa blanca/amarilla significa que tu higiene es deficiente.

No olvidemos que una lengua sucia tiene relación directa con el mal aliento.

Existen algunas enfermedades comunes de la lengua, si después de limpiar correctamente tu lengua, sigues observando que el color blanquecino continúa, debes acudir a tu clínica dental para obtener un diagnóstico fiable.

 

 

Nuestra recomendación

 

Para obtener un resultado óptimo de la higiene de la lengua, recomendamos incorporar a la rutina de higiene un limpiador o raspador lingual.

Este instrumento está diseñado específicamente para la limpieza de la lengua, ya que las cerdas del cepillo común están pensadas para limpiar una superficie dura. No olvidemos que la lengua es un músculo potente, pero a la vez delicado.

 

 

¿Cómo utilizar el limpiador o raspador lingual?

 

Su uso es sencillo, aunque puede que las primeras veces tengas arcadas.

  • Posiciona la parte redonda al final de la lengua
  • Raspa suavemente de dentro hacia afuera (de atrás hacia la punta)
  • Repite varias veces, no solo por el centro, también por los lados
  • Tras cada pasada, se debe enjuagar el raspador

¿Cuándo debo utilizar el raspador?

 

Lo ideal, es utilizarlo mínimo una vez al día.

La noche el momento más idóneo, ya que durmiendo segregamos menos saliva.

El orden correcto para una experiencia óptima de limpieza es:

  1. Cepillado de dientes
  2. Hilo dental o cepillo interproximal
  3. Raspador lingual
  4. Colutorio

Como podrás observar, incorporar el raspador a tu rutina de limpieza diaria solo lleva uno o dos minutos.

Merece la pena invertir nuestro tiempo en mantener una buena salud oral.

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